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Con algunos estudios sencillos es posible conocer más sobre nuestra propia salud reproductiva. Un espermograma en el caso del hombre y un dosaje hormonal en sangre para la mujer son métodos efectivos para ponerse al día con uno mismo. Lo más confiable es hacerlo clínicas de fertilidad. Conocé los detalles.

Desde que nacemos nos acostumbrados a pasar por todo tipo de estudios médicos: el screening cuando apenas somos bebés, los electrocardiogramas cuando somos adolescentes, o bien los “famosos chequeos médicos” de nuestra ya etapa adulta.

Ahora bien, parece interesante remarcar que de tantos estudios que frecuentamos, hay unos de los cuales muy pocas personas conocen: *los estudios de fertilidad*.

Los mismos son estudios simples que pueden darnos información sobre nuestro propio cuerpo y que pueden ofrecernos seguridad, si es que un día nos decidimos por agrandar la familia. En esta nota, te compartimos algunas opciones:

Lo que las mujeres pueden hacer: Dosaje hormonal

Es un tipo de estudio que se realiza en laboratorios y se lo hace a partir de una muestra de sangre, su nombre técnico es Hormona antimulleriana y sirve para analizar la reserva ovárica que una mujer tiene en un momento particular de su vida. Una traducción muy a la ligera sería la de sacarse una foto de su “momento ovárico”, que como algunos sabemos, puede ser muy diferente a lo largo de los años.

La idea de hacer este examen, en parte, responde a conocer qué tan bien está nuestro cuerpo a la hora de buscar un embarazo. Lo que no quiere decir, que deban realizarlo sólo aquellas mujeres que deseen ser madres al corto plazo. También es válido para las chicas más jóvenes que ni siquiera pensaron en el tema, o incluso, para aquellas que ya tienen decidido postergar su maternidad.

Para quienes se encuentren en el último caso, la posibilidad de conocer “su punto de partida” es clave para tomar mejores decisiones a futuro. Ya que por ejemplo, si el estudio indica que se está en óptima condiciones, tal vez se elija por criopreservar los óvulos como un simple resguardo (como un modo preventivo) o simplemente, con los buenos resultados en mano, se va tranquila sabiendo que en algún momento, la bendición puede llegar.

Por otro lado, en los casos en donde el panorama, no sea el más alegre y deje a la vista algunas alteraciones en la reserva ovárica, los médicos y pacientes ya pueden tomar medidas sobre el asunto y elegir cuál de todos los tratamientos de reproducción, es el más adecuado.

Otra opción para conocer sobre la fertilidad de la mujer es una ecografía simple que se puede realizar en cualquier centro médico, aunque claro, aquellas clínicas de fertilidad que se dedican especialmente a la medicina reproductiva, ofrecen lecturas e interpretaciones más acertadas.

De igual modo ya sea a través de un dosaje hormonal o una ecografía, los resultados serán interpretados en función a cada paciente, en donde temas como la edad, juegan un papel tan importante como el parte médico de los especialistas en reproducción.

Lo que los hombres pueden hacer: Espermograma,

En el caso de los hombres, no es tan distinto. A través de un espermograma se pueden obtener resultados diversos, que deben ser leídos e interpretados por especialistas en fertilidad. Según nuestra experiencia acompañando a parejas en la búsqueda de embarazos, los problemas en el hombre afectan el 40% de las parejas, por lo cual, saber de antemano como uno se encuentra, siempre es recomendable.

El espermograma es un análisis microscópico del semen que determina entre muchísimos factores: número de espermatozoides, su velocidad y calidad. La OMS recomienda como medida, que el examen sea realizado con dos muestras recogidas durante un lapso de tiempo. Sería algo así como consultar dos veces la misma fuente para corroborar la información.

Un dato a no dejar de lado, es que según estudios del último congreso de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva (ASRM) celebrado en Denver, existe una tendencia a la baja de la cantidad, concentración y calidad (movilidad) de los espermatozoides. Este dato se tomó luego de analizar la muestra de un grupo de donantes de semen de varias ciudades de los Estados Unidos durante un periodo no menor a 11 años. En Argentina esta tendencia pulsa fuerte y se percibe en la baja de la edad de los pacientes que llegan con algún deterioro en su capacidad espermática.

Conclusión

Sea para planificar una familia, para identificar qué tipo de tratamiento es el óptimo para una pareja, o simplemente, para andar tranquilo por la vida sabiendo que la maternidad y/o paternidad pudiera llegar en cualquier momento, conocer sobre uno mismo, es un primer paso para indagar más sobre nuestra propia salud reproductiva y gozar con mayor seguridad, de nuestra sexualidad.

Fuente: CIGOR

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