Skip to main content

Cada vez son más las mujeres que no atan su sueño maternal a la posibilidad de una pareja, y encuentran en la inseminación artificial la respuesta. Pueden estar solas por decisión propia, por imperio de las circunstancias, o acompañadas, pero no tienen dudas de que quieren ser madres. “Cuando el test me dio positivo fui la mujer más feliz”, dijo ella, ya a punto de dar a luz.

Cuando la mujer llega a la consulta, es porque la decisión está tomada. Ilusiones entretejidas con emoción, y una gran contención familiar, son el marco común a la mayoría de ellas.

Son mujeres que por lo general no tienen problema de fertilidad. Por lo tanto, la inseminación como método de baja complejidad, alcanza para lograr el objetivo deseado. Hay banco de semen disponible en Córdoba, y a él se acude para dar el gran paso. Puede ser que se trate de una pareja igualitaria que encuentra así, la posibilidad de familia con descendencia. O bien mujeres que decidieron emprender este camino sin esperar que llegue el príncipe azul.

Lo cierto es que, al día de hoy, el 28% de las inseminaciones artificiales, se la realizan mujeres solas. La estadística pertenece al Centro de Ginecología, Obstetricia y Reproducción (CIGOR), que 10 años atrás no tenía entre sus registros más que parejas realizando el tratamiento. La cifra comenzó a crecer paulatinamente hasta la actual, que es bastante significativa.

No es un pedido a la carta
Cuando se formaliza el pedido, a través del médico, se pone en marcha un mecanismo que va de la mano del acompañamiento personal y profesional de la paciente. En el caso de CIGOR, son las biólogas las que realizan la asignación de la muestra.
“No es un pedido a la carta. No le asignamos lo que quiere la paciente, sino que se tiene en cuenta su fenotipo, sus características físicas, para buscar el donante”, indica Andrea Dematteis, bióloga de la institución.
Por su parte, el doctor Estofan, médico de CIGOR, agrega que el donante es siempre anónimo y que las muestras están catalogadas por rasgos del donante, grupo y factor sanguíneo. Solo en caso de ser necesario, por enfermedades preexistentes o de base, se realiza algún estudio genético más profundo.

En casi todos los casos, el método empleado es la inseminación, que es colocar en el útero de la mujer los espermatozoides de la muestra seleccionada. De ahí en más, actúa la naturaleza. “En mi caso, ¡en el primer intento quedé embarazada! Tenía 38 años y la edad es un condicionante. Mi última pareja no quería tener hijos y yo toda la vida quise ser madre. Por otras causas nos separamos y yo avancé en esta decisión. La edad es un tema que nos limita y me plantee que seguir esperando era poner en juego la posibilidad de la maternidad. No tengo ningún prejuicio, y mi familia me apoyó muchísimo. Hoy estoy a punto de ser mamá”.

Casi en el mismo sentido, otra feliz madre recordó que tenía 35 cuando tomó la decisión. Consolidada en la actividad profesional, segura como mujer y sin nueva pareja a la vista, emprendió el camino del cual no se arrepiente. Su hijo ya tiene más de dos años y aunque alguno al principio dudó, luego contó con todo el apoyo de la familia, los amigos y compañeros de trabajo.
Métodos más simples algunos, con mayor nivel de complejidad otros, sólo se utilizan para lograr la concepción. Una vez confirmado el embarazo, no hay ni mayor ni menor riesgo, tampoco demanda cuidados especiales: solo se trata de una mujer embarazada que espera transcurrir de la mejor manera posible sus 40 semanas. Serán tan madres como las que están en pareja, las que están solas aunque lo hayan concebido con un varón, las que quedaron solas, las que están con alguien del mismo sexo…

Hablando claro sobre la inseminación artificial
Así como estas mujeres consideran que es necesario despojarse de prejuicios y ser sinceros respecto de la inseminación artificial y acudir a un banco de semen, igual habrá que enfrentar las preguntas que en algún momento llegarán. “Los chicos se adaptan a su realidad. Que no es mejor ni peor que otras, pero es la suya”, sostiene una con su niño ya en el maternal. “Yo tengo muy claro que no hay que ocultar nada”, acota la otra. Igual coinciden en que, probablemente, deban asesorarse para responder lo que a cada edad, los niños estén en condiciones de escuchar.

Fuente: La Voz del Interior

© 2024 Todos los derechos reservados