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Dos parejas charlaron abiertamente con nosotros, para recordar y contarnos cómo vivieron sus tratamientos en nuestra clínica de fertilidad. Hay de todo. Momentos duros, difíciles, alivio y muchísima alegría. Ideal para leer de a dos.

Paula y Francisco siempre tuvieron el deseo de agrandar la familia, y luego de cinco años de casados, decidieron intentarlo. “Sabíamos desde el inicio que nuestra alternativa para tener hijos iba a ser por este medio (ICSI), ya que Francisco tiene una lesión medular”, nos cuenta Paula. De esa manera, por recomendaciones de familiares y amigos, fue como un día ambos llegaron a nuestra clínica de fertilidad.

Muy distinto fue para Eugenia y Gonzalo, quienes sin tener ningún diagnóstico previo y con dos años de búsqueda sin resultados, hicieron la primera consulta para emprender un nuevo intento, ya con ayuda de un método de fertilización asistida.

Según recuerdan Eugenia: “Seguimos paso a paso todas las indicaciones del doctor Estofán, quién de manera detallada, nos explicó cada una de las etapas por las que íbamos a ir transitando y así poder ir descartando posibles causales, mientras continuaba la búsqueda. Comenzamos con estimulación mediante pastillas, exámenes post coitales y ecografías, pero seguíamos sin suerte. Hasta que me realicé una cirugía para determinar qué estaba pasando en mi útero. Y allí la respuesta: algo de endometriosis y pólipos en las trompas. No iba a poder quedar embarazada naturalmente”.

Un camino de a dos

Aunque ambas parejas llegaron por diferentes motivos, hay un punto en común que las une y sin dudas, fue clave en la manera de transitar sus tratamientos: la fortaleza, la unión y el diálogo entre los dos.

“Si bien estábamos tristes, nos encontrábamos fuertes no sólo individualmente sino también como pareja. Fue fundamental hablar mucho entre los dos. La comunicación, la paciencia, entender los silencios y los tiempos del otro fue tan importante como cumplir con cada paso que nos fueron marcando el doctor. Se empiezan a confundir un montón de sentimientos: ansiedades, enojos, egoísmos, una anhelada juventud eterna, tristezas, decepciones, resignaciones, a veces algo de envidia, y de nuevo el enojo” relata sin filtros Eugenia sobre su experiencia compartida con Gonzalo.

Paula y Francisco, también miran para atrás y comparten sus sensaciones vividas con un dejo de sabiduría: “Siempre lo hicimos con alegría y quizás por momentos ansiedad, pero lo importante es que transitamos este camino juntos. Hay momentos que no se olvidan, momentos dolorosos como un llamado en el cual te dicen que el embarazo no prospera, y muchos otros de alegría como una beta positiva o la primera ecografía. A lo largo de un tratamiento de fertilidad, no todos los días llegan las buenas noticias. Sin embargo, lo tomamos como el camino a transitar hacia algo tan deseado y no como ´tener que hacer un tratamiento para´, lo cual ayudó notablemente”.

Miedos comunes

Por supuesto que entre tantas emociones, también aparecen los miedos. “Siempre existe el temor de que “no funcionará”, de hecho en la primera transferencia, el embarazo se detuvo”, recuerda Paula.

En el caso de Eugenia y Gonzalo, tampoco funcionó la primera vez. Sin embargo, no bajaron los brazos y lo intentaron nuevamente al poco tiempo: “Nos tomamos un par de meses para descansar y en agosto lo intentamos una vez más”, señalan.

La importancia del acompañamiento

El acompañamiento de un equipo profesional siempre es clave en este proceso donde las emociones están a flor de piel. Tan importante es el rol del equipo médico, que en el caso de Eugenia y Francisco, fuimos nosotros, los integrantes de CIGOR, los primeros en enterarnos de la feliz noticia.

“No lo compartimos con nadie más que con el equipo entero de CIGOR. Es increíble como en este proceso tanta gente pasa a formar parte de tu familia, se crea un vínculo especial donde todos se hacen presentes”.

La noticia más esperada y el final feliz

Como ya se habrán dado cuenta, el momento más esperado llegó para las dos parejas. “Me acuerdo como si fuera hoy la mañana en que sonó el celular y era el doctor para decirme que estaba embarazada”, recuerda Eugenia con algo de emoción en sus palabras.

“El embarazo fue una experiencia increíble, es tal el acompañamiento que sentimos en CIGOR que los 9 meses me hice atender allí mismo con el Dr. Estofán y resto del equipo”, agrega comentando ya sobre una nueva etapa médica en la que tuvimos suerte de acompañarlos: el parto.

Y no fueron los únicos. Paula y Francisco también continuaron con nosotros. “El Dr. Estofán fue nuestro obstetra de cabecera. Y la verdad es que no pudimos haber tomado mejor elección”, cuenta Paula, quien luego agrega: Son ellos quienes participan de todo el proceso y por lo tanto son personas muy importantes, que quedarán por siempre en nuestros corazones”

Historias reales

La historia de Paula y Francisco o la de Eugenia y Gonzalo también puede ser la tuya. Ellos se animaron, enfrentaron sus miedos y decidieron emprender este camino que, por momentos es difícil y en otros, emocionante y colmado de alegrías.

El final feliz tiene nombre para estas dos parejas que así resumen sus intensas búsquedas:

– “Después de un largo e intenso camino, llegó nuestra nena mágica y todo lo demás ya no importa. Así de simple”. Paula y Francisco, mamá y papá de Julieta.

– “El agradecimiento es infinito, nos permitieron tener la alegría más grande del planeta. No hay nada más lindo que ver crecer a nuestra pelirroja peligrosa”. Eugenia y Gonzalo, mamá y papá de Pía.

Fuente: Cigor

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