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Gustavo Estofan y la Dra. Florencia Esquivel charlaron con La Nación sobre la importancia de realizar chequeos muy simples para ampliar las chances de lograr un embarazo. Enterate por qué es bueno cuidar tu fertilidad y cómo empezar.

El siguiente artículo fue publicado el 28 de junio en el diario La Nación, edición digital.

La especie humana tiene tasas de reproducción muy bajas en relación con otras especies, que rondan el 25 % mensual en condiciones naturales, algo que, generalmente, los pacientes desconocen. Si a este porcentaje de por sí bajo, se le suman factores ambientales, exposición a tóxicos y, por supuesto, la edad, la tasa de reproducción desciende aún más, algo que resulta notorio en parejas que piden ayuda, quizá tardíamente, a la hora de cumplir el sueño de tener un bebé.

“El cuidado de la fertilidad comienza desde edades tempranas con educación sexual, hábitos de vida sana, disminución de exposición a tóxicos, tanto en el hombre como en la mujer, y un factor esencial es la consulta temprana para realizar los estudios básicos”, explica el doctor Gustavo Estofan, Presidente de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva.

Las razones de la esterilidad suelen ser múltiples, tanto para varones como para mujeres y van desde la edad y los factores ambientales hasta las cuestiones anatómicas, hormonales o metabólicas. “Muchos de estos factores se ven en ambos componentes de la pareja al momento de la consulta, limitando más los resultados de embarazos”, cuenta Estofan.

“Es muy importante que la población sepa que la edad es un factor clave al momento del resultado de un tratamiento de fertilidad”, alerta la doctora Florencia Esquivel, médica farmacóloga y directora médica de Ferring para Sudamérica, quien hace hincapié en el concepto de medicina personalizada. Esto es, dentro de las opciones de tratamientos de fertilidad disponibles, buscar y encontrar cuál es el esquema que más se ajusta a esa paciente en ese momento.

La mujer y el hombre, un reloj biológico que no se detiene

Suele decirse que, aunque una mujer pueda verse joven, no ocurre lo mismo con sus óvulos. Y por más que esta frase resulte dura, es una realidad que muchas veces resulta difícil aceptar.

“Como cualquier órgano, los ovarios con la edad disminuyen su producción en calidad y cantidad de óvulos. Es sencillo detectar este proceso si la mujer es controlada desde edad temprana después de los 25 años con un análisis hormonal de reserva ovárica que se llama hormona antimülleriana, y una ecografía de sus ovarios, esto se deben solicitar en los controles ginecológicos anuales de una mujer en edad reproductiva por su ginecólogo”, enumera el Presidente de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva.

En ese sentido, Esquivel dice que “todas las mujeres debemos saber que aunque nos podemos ver jóvenes, nuestros óvulos tienen una edad cronológica, algo que debemos considerar para ser libres en la elección de nuestra maternidad”. Por eso, con una simple medición de la hormona antimülleriana en sangre y una ecografía se puede saber cómo está la salud reproductiva de la mujer y esto se debe incorporar al chequeo ginecológico anual.

Y por más que la ciencia médica ha avanzando mucho y los tratamientos de fertilidad sean cada vez más sofisticados, no hay forma de revertir el paso del tiempo en un óvulo. “Es un proceso natural del organismo, por eso la detección temprana de alguna falla en el funcionamiento ovárico permitiría avisarle a la paciente y ofrecerle la posibilidad de estimular la producción de óvulos, extraerlos y criopresevarlos, lo que a futuro la beneficiará, porque la reserva va disminuyendo con la edad”, cuenta Estofan.

¿Y los varones? Estofan dice que asignarle todas las miradas a las mujeres, a la hora de la reproducción, es también un pensamiento equivocado: “Ambos pueden tener inconvenientes de fertilidad, es un 50 % de cada uno. Con el paso de los años el hombre ha comprendido que se debe estudiar y si hubiese algún problema en el semen, poder acompañar a su pareja para conseguir el embarazo a través de una técnica de reproducción asistida”.

Mitos y verdades del tratamiento de fertilidad

Es conocido el relato según el cual, una pareja que había hecho muchos tratamientos de fertilidad y nunca lograba un embarazo, cuando “se relajaron”, lo lograron. ¿Esto es así? “A veces se dan estas situaciones”, cuenta Estofan, y subraya dos motivos. “Uno es el factor psicológico, que al despreocuparse la pareja disminuye la ansiedad y ayuda mucho. El otro motivo es que durante los tratamientos se pueden corregir factores que después ayudan para concretar un embarazo espontáneo”.

Tratamiento personalizado

“Nosotros desde Ferring trabajamos para que todos las pacientes que por algún motivo requieren tratamiento de fertilidad o criopreservación, y requieran estimulación ovárica, puedan acceder a los mejores productos, de una forma cada vez más personalizada, más a su medida y sus necesidades, y así poder ayudar a las pacientes a tener el tratamiento que ellas necesitan”, cuenta Esquivel.

¿Cómo es esto en la práctica diaria? A partir de diferentes variables como puede ser el nivel de hormona antimülleriana, o su peso como, por ejemplo, el médico especialista en fertilidad podrá elegir cuál es “ese tratamiento para esa paciente”.

Ambos especialistas acuerdan en que, más allá de la terapia farmacológica, lo que hace que el tratamiento sea exitoso es el camino que se recorre rumbo a la fertilidad. Se trata de “una montaña rusa de emociones” distinta en cada paciente y eso hace que sea necesario un soporte adicional, dentro de su ámbito familiar, amigos y trabajo.

Fuente: La Nación

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